Una cooperativa mexicana lucha por proteger a las tortugas del Pacífico pese a los saqueos, la falta de vigilancia de las autoridades y la escasez de recursos
La Escobilla (México) | 9 de febrero de 2023
Los nidos marcados no se tocan. Es una norma que respetan tanto los saqueadores como los guardianes de las tortugas del centro ecoturístico La Escobilla, en Oaxaca (México). Si los protectores observan un distintivo en la arena con un ejemplar desovando, siguen su camino. Los huevos ya tienen dueño. Es una situación frecuente en los patrullajes nocturnos, explica Pedro Ramírez, guía e integrante de la cooperativa que vela por estos animales. “Si se los quitamos, nos vamos a meter en conflictos. Mejor cada quien por su lado”, considera.
La iniciativa se enfrenta a la rapiña, pero también a la falta de vigilancia de las autoridades que solo se presentan cuando se registran arribadas de estos reptiles, denuncian. No son los únicos problemas. El golpe de la pandemia redujo el turismo que sostiene a las 14 familias que integran el proyecto. Y hace unos meses, un huracán de categoría dos afectó gravemente a las instalaciones del campamento, ubicado en el sureste mexicano.
Al atardecer, las olas del Pacífico rompen con fuerza: solo se escucha el mar, el viento y las aves que sobrevuelan el lugar. La playa se halla semidesierta. La visita consiste en un recorrido por el santuario con información sobre el proceso de desove de las especies, aunque su atractivo recae en la liberación de las crías. “Si nosotros no estuviéramos, todo esto [los huevos] se lo llevaría la gente, no dejarían nada”, lamenta Ramírez.
El protocolo de acceso se divide en dos partes. Primero, los turistas pagan una cuota de 200 pesos (unos 10 dólares) en un edificio situado al costado de una carretera. Los miembros del proyecto anotan los nombres y el lugar de procedencia de los visitantes. Después, una persona pide que sigan su vehículo por un sendero sin asfaltar repleto de baches. El guía maneja rápido, muy rápido. El sinuoso camino esconde un rincón que merece el esfuerzo.
En Oaxaca emergen las tortugas golfina, negra y laúd; esta última llega a alcanzar casi dos metros de largo y pesar media tonelada. Ramírez narra que cada noche reubican de cinco a siete nidos. Estos reptiles depositan de 60 a 100 huevos. Ellos los sacan de la arena y los entierran de nuevo en sus corrales. En la época de arribadas (junio a marzo) aparecen hasta 70.000 ejemplares en Escobilla, estima. No se mueve nada, todo resta en su estado natural.
Las crías permanecen mes y medio en incubación. La iniciativa comparte sus anotaciones con biólogos y ellos las remiten a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Ramírez dice que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y los elementos de la Secretaría de Marina (Semar) solo acuden con las arribadas.
–¿Las autoridades los ayudan?
–Los patrullajes salen de los visitantes.
De saqueadores a protectores
En el pasado, algunos hurtaban los nidos. Desde hace tiempo, ellos mismos los protegen. La cooperativa nació en 2002 acompañada de un cambio de mentalidad. Rosaelia Cortés, integrante del proyecto, reconoce que años atrás no eran conscientes del daño que ocasionaban a estos animales con la sustracción de huevos para su venta: “Ya había muy pocas, se estaban acabando porque nosotros mismos nos las estábamos terminando”.
Cortés describe que recibieron mentoría del Centro Mexicano de la Tortuga de Mazunte (CMT), en Oaxaca. Les mostraron el camino y ellos aprendieron a nadar. Los ingresos del proyecto se distribuyen entre las familias. También poseen cabañas de hospedaje y un restaurante que ha mantenido sus puertas cerradas por el Covid-19. Antes de la pandemia atendían hasta 150 personas. En meses anteriores, hubo días con menos de 15 visitas.
El saqueo prevalece, al igual que los riesgos. “Nosotros corremos mucho peligro. Ya han pasado cosas”, relata Cortes con tono de preocupación. La mujer expone que no se suelen meter con sus instalaciones, pero afirma que algunas personas tienen la osadía de extraer los huevos en su cara, enfrente del campamento. “La Marina estaba de planta [en La Escobilla], pero los levantaron, no sabemos el motivo. Estamos solos”, critica.
En Oaxaca se han resguardado al menos 178.000 huevos de tortugas en los últimos ocho años
Brújula Global confirmó con Semar que los elementos fijos fueron retirados de la zona en 2014; actualmente se presentan a solicitud de Profepa. “Hay que considerar que el personal naval tiene otras actividades que desempeñar. Si no es temporada de arribada sería tenerlo ahí cuando no es tiempo”, comentaron en agosto desde la institución en llamada telefónica.
La vigilancia en la playa
Con las llegadas masivas existe un refuerzo de la vigilancia. En el día a día parece insuficiente. Cortés destaca que los ladrones saben a la perfección cuándo asiste la Marina. “Si me ponen el arma y quieren los huevos yo tengo que mejor dárselos. No tengo con qué defenderme”. Y añade: “Cuando [Semar] está no hay nada, pero ‘namás’ se van y siguen”.
En México se aseguraron más de 3,4 millones de huevos entre 1995 y 2018, según los datos más recientes del Sistema Nacional de Información Ambiental y de Recursos Naturales (Badesniarn). Aunque se percibe una tendencia a la baja, el problema persiste.
Rosario Martínez, teniente de fragata en la estación de investigación oceanográfica de la decimocuarta región naval de Semar (Salina Cruz, Oaxaca), menciona que las tareas de seguridad física y vigilancia se extienden de tres a cinco días por arribada. Las cuadrillas desplegadas son de una quincena de elementos, pero el número es variable, aclara. En ese estado existe otra playa con categoría de santuario, la Bahía de Chacahua; ambas zonas son administradas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El Código Penal Federal mexicano sanciona de uno a nueve años de prisión y el equivalente a 3.000 días de multa a quien “capture, dañe o prive de la vida” a ejemplares de tortugas (artículo 420). El monto se calcula con base en el ingreso neto diario del sentenciado.
Los robos de huevos
En ocasiones, los saqueadores abandonan costales repletos de huevos ante la presencia de las autoridades. Algunos, en flagrancia del hurto, dejan atrás motocicletas o vehículos, como consta en diferentes comunicados de prensa de Profepa. Se desplazan incluso a caballo.
“Si les quitamos los huevos nos vamos a meter en conflictos. Mejor cada quien por su lado”
Pedro Ramírez, integrante del centro ecoturístico La Escobilla
En los últimos ocho años se han recuperado, al menos, 178.000 huevos de tortugas en Oaxaca, de acuerdo con estimaciones de Brújula Global realizadas con reportes de Profepa. Las playas de Morro Ayuta y La Escobilla —y sus zonas aledañas— encabezan la lista.
En más de una treintena de informaciones revisadas solo se habla de siete detenidos y dos condenados a un año de prisión. La entidad alerta de que estos reptiles se encuentran gravemente amenazados a causa del comercio ilegal de sus caparazones, carne y huevos. En México, las especies golfina y laúd están consideradas en peligro de extinción.
Brújula Global solicitó a Profepa datos sobre recuperación de huevos y buscó conocer más sobre sus acciones contra el saqueo en Oaxaca; no hubo respuesta hasta la publicación.
El apoyo del CMT
Edda González, directora del Centro Mexicano de la Tortuga, hace por su parte un llamado sobre “las malas prácticas” que existen. Tanto en altamar, con la pesca de arrastre o ‘fantasma’, donde quedan atrapadas estas especies, como en tierra, con los proyectos que “ponderan el interés económico” sobre los animales. “El trabajo de educación ambiental, de sensibilización, hace que el ciudadano se involucre en el compromiso de conservar”, apunta.
Desde el CMT informan que la Conanp cuenta con un presupuesto que se reparte entre comunidades que preservan especies en áreas naturales protegidas. Erika Peralta, técnico operativa en el centro, precisa que la ayuda para la cooperativa de La Escobilla consistía antes en programas para la conservación o de empleo temporal. “De 2016 a la fecha han sido apoyados con un proyecto para que puedan compensar los gastos que hacen, su gasolina [o materiales]”. Y agrega: “En 2022 fue de 60.000 pesos [unos 3.100 dólares]”.
Ernesto Albavera, investigador del CMT, resalta que en esta playa se registran arribadas durante todo el año, pero que el periodo de más actividad se presenta de junio a marzo. Uno de los factores determinantes de amenaza, opina, es el humano. Por ejemplo, con la destrucción o modificación de las áreas de anidación, mediante construcciones e iluminaciones que desorientan a las crías, o con la deforestación. “El turismo, cuando no es ordenado, si es masivo o no está planificado también tiene repercusión importante en el hábitat reproductivo y en la expectativa de recuperación de las poblaciones”, enfatiza.
De vuelta en la playa, el sol está por ocultarse y la visita por culminar. En la cooperativa detallan que los relevos de guías escasean ante el deseo de los más jóvenes de buscar otras oportunidades. La esperanza no está perdida. Al final del recorrido se acerca otro integrante con un adolescente. Es un padre que le enseña a su hijo. Parece tímido, pero en la mirada se le nota la pasión. Quizás se convertirá en un futuro guardián de las tortugas.
*Este reportaje fue realizado con el apoyo de El Colegio de México (Colmex) en el marco de la Red de Periodismo, Investigación e Incidencia (PII).