El programa Empoderadas enseña a 100.000 mujeres cómo protegerse ante la violencia de género en Brasil, un país donde las actitudes misóginas encuentran eco hasta en el palacio presidencial
Río de Janeiro (Brasil) | 29 de octubre de 2022
En el gimnasio del programa Empoderadas de Nilópolis, a las afueras de Río de Janeiro, no cabe un alfiler. Decenas de mujeres están sentadas alrededor de un tatami rojo para seguir las indicaciones de Amanda Becker, una de las coordinadoras de la iniciativa brasileña, que se coloca en el centro de la sala.
— Cuando vayáis solas por la calle, recordad no ir nunca con el pelo suelto o con una cola [en el cabello]. Para el agresor será más fácil tirar de vosotras. Evitad también caminar cerca de la pared porque puede que esté escondido en una esquina o detrás de una puerta. Y si notáis que alguien os sigue, podéis fingir que os encontráis con alguien en la calle. ¿Sabéis por qué? Porque el agresor nunca quiere ser…
— ¡Reconocido! —grita el resto al unísono.
Acto seguido, se levantan, se colocan en filas y comienzan una serie de entrenamientos para protegerse de posibles agresiones. Movimientos de piernas para evitar caídas, maniobras desde el suelo para escapar de ataques… todo bajo la atenta mirada de Becker y del equipo de profesoras, que dan instrucciones a las alumnas para mejorar su técnica.
En un país como Brasil, donde el machismo es replicado en la sociedad desde el mismo discurso del actual presidente y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, estas mujeres han adoptado una solución que puede resultar poco ortodoxa, pero que responde a la necesidad inmediata de contar con herramientas de autodefensa ante un posible ataque en las calles.
Becker, de espalda ancha y tez oscura, explica entre ejercicios que el trabajo que hacen no se limita a dar técnicas para que ellas se protejan en caso de agresión, sino también a ayudarlas a identificar el maltrato. “Muchas no saben que han pasado por alguna situación de violencia, solo se dan cuenta cuando pasan por la violencia física. A medida que nos escuchan se van identificando y van contando su situación. Nuestro objetivo es darles herramientas para que sepan cómo actuar ante escenarios de este tipo”.
Una de cada cuatro mujeres ha sufrido violencia doméstica o familiar en los últimos dos años en el país sudamericano
Parte de los consejos que Becker ofrece a las alumnas los aprendió a través de su experiencia personal. Al igual que ella, la mayoría de las asistentes ha sufrido algún tipo de agresión, física o psicológica, en muchos casos por parte de sus parejas o exparejas. Una de cada cuatro mujeres ha padecido violencia doméstica o familiar en los últimos dos años en el país sudamericano, según un informe publicado por el Senado brasileño.
El candidato conservador y las mujeres
Empoderadas nació en 2019 de la mano de Erica Paes, activista por los derechos de la mujer desde hace más de 20 años. Ella no duda en reconocer el apoyo recibido por parte del Gobierno del estado de Río de Janeiro, que absorvió el programa en 2020. El gobernador del territorio es Cláudio Castro, aliado de Bolsonaro. Pero cuando se trata del actual mandatario, Paes hace una clara distinción. “Los que tenemos cargos de liderazgo tenemos un papel importante, que sirve de ejemplo para muchas personas. Si este individuo tiene un comportamiento misógino, sin duda incentivará a otras personas que pueden compartir sus ideas”, opina la líder del proyecto sobre el candidato a la reelección en las presidenciales de octubre de 2022.
Cuando una mujer mata para defenderse
El posicionamiento de Bolsonaro respecto a la mujer ha sido objeto de polémica desde que accedió al cargo de diputado federal en 1991. Han sido muchas sus salidas de tono en las últimas décadas, aunque seguramente una de las más conocidas se produjo a finales de 2014, cuando le dijo a una parlamentaria: “No la voy a violar porque no se lo merece”.
Poco después de asumir la presidencia en 2019, aseguró que las personas que llegasen a Brasil para tener sexo con una mujer eran “bienvenidas”. Durante su campaña para la reelección, ha sido criticado por haber afirmado que “había un ambiente de ligue” en referencia a un encuentro que tuvo con unas adolescentes venezolanas en 2021.
Las salidas de tono de Bolsonaro le han pasado factura entre el electorado femenino. Según uno de los últimos barómetros del diario Folha de São Paulo, un 42% de las mujeres se decantará por el candidato de ultraderecha frente al 51% que asegura que votará por su rival en la segunda vuelta de los comicios, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Para tratar de revertir esta situación, Bolsonaro ha dado un protagonismo importante a Michelle Bolsonaro, su pareja, a lo largo de la campaña, aunque con poco éxito. La percepción de inseguridad entre las mujeres ha aumentado desde la llegada al poder del actual dirigente y también la desconfianza hacia sus políticas.
Mayor inseguridad
A pesar de que los feminicidios se han mantenido prácticamente estables desde hace tres años, el Anuario Brasileño de Seguridad Pública relata un aumento de otros tipos de violencia de género en 2021 respecto al año anterior. Es el caso de los delitos de amenazas, que se incrementaron un 3,3%, o los de acoso sexual (6,6%). En cuanto a la violencia doméstica, el Senado brasileño revela que un 86% de las mujeres considera que aumentó en 2021.
“Nuestro objetivo es darles herramientas para que sepan cómo actuar ante escenarios de este tipo”
Amanda Becker, coordinadora en Empoderadas
Joseane Cristina, una de las asistentes habituales a las charlas y talleres de Empoderadas, fue víctima de violencia doméstica. La mujer, más conocida como tía Jo, corpulenta y de pelo largo y rizado, relata que ha sobrevivido a tres intentos de feminicidio con una naturalidad que estremece. “Antes de conocer el programa sufrí maltrato en dos relaciones. Mi primer marido me golpeaba a menudo, pero yo no lo denunciaba porque vivo en una zona controlada por el crimen organizado y allí no entra la policía. Hasta que una noche me golpeó en la cabeza con un martillo mientras dormía. En ese momento hablé con los líderes de mi vecindario y dejaron pasar a la policía para detenerle”, relata Cristina, quien insiste en la necesidad de aplicar más políticas públicas que protejan al colectivo.
Tras pasar por otras dos situaciones de maltrato con dos nuevas parejas, entró en contacto con Empoderadas, donde le ofrecieron apoyo psicológico y la ayudaron a independizarse económicamente. “Ahora acompaño a las mujeres que pasan por situaciones como la mía, las apoyo en lo que necesiten y las ayudo a presentar denuncias, además de participar en los talleres”, explica.
El programa atiende a unas 100.000 personas en casi un centenar de centros repartidos por Río de Janeiro y su área metropolitana. Paes defiende la importancia de estos proyectos, aunque sostiene que la violencia de género no dejará de existir hasta que no se produzca un cambio de mentalidad fuera y dentro del país: “Hay una necesidad de modificar el pensamiento a nivel global. Venimos de una sociedad completamente patriarcal, en la que el hombre es el más fuerte, el mentor, el proveedor. Necesitamos cambiar muchas cosas todavía”.
Las asistentes continuarán entrenando independientemente de lo que pueda suceder en los comicios. A pesar de los retos que les quedan por delante, la activista lanza un mensaje de esperanza: “El movimiento feminista logrará hacer una diferencia en los nuevos hombres que están naciendo y lograr de una vez por todas el respeto a la mujer”.